miércoles, 11 de enero de 2012

REPUBLICA DE PANAMA CAPITULO V (Continuación)


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Varias personas se hicieron eco de este llamado y comenzaron a colocar objetos en la puerta, para evitar la  entrada y salida de vehículos.
Siguieron sumándose personas a la protesta y ya eran unas 400 las que pedían visas y libertad.
Los ánimos fueron  caldeándose y la emprendieron contra un camión de la “NIKOS CAFÉ”, el cual había traídos  parte de  nuestros alimentos y se iba del campo.
Los manifestantes trataron de volcar el camión, pero no pudieron,  los cristales del mismo no corrieron con la misma suerte y fueron hechos añicos. Quedó prácticamente destruido. Los soldados contemplaban la escena impasibles, aunque reforzaron los exteriores del campo.
Por la tarde, los ánimos estaban más calmados, pero la situación seguía tensa.
A la hora de la cena, sólo lo hicieron los niños y las mujeres. La puerta continuaba obstruida, por lo que no había podido entrar ni salir vehiculo alguno.
Se anunció por el altoparlante que todas las personas debían ir hacia el área  del televisor, que un funcionario de la Embajada norteamericana, en Panamá, les iba a dirigir la palabra. Todos se agruparon en el lugar para escuchar las palabras del embajador.
Todos estaban esperanzados que el Sr. Embajador dijera algo bueno con relación a las visas y nuestra entrada a USA, pero no fue asi.
Después de presentarse y saludarnos en perfecto español nos dijo:
Señores, debo decirles que la política de mí gobierno con relación  a ustedes, continua invariable, es decir que sólo tendrán entrada a los Estados Unidos, aquellas personas  que clasifiquen  dentro de estas tres categorías: Enfermos crónicos, ancianos de 70 años y niños con situaciones precarias de salud, y todos con patrocinadores. Los que no clasifiquen dentro de estas tres categorías deben regresar  a Cuba, y realizar trámites en las Oficinas de Intereses de los Estados Unidos en la Habana. Con estas tres categorías de parol podrán viajar los familiares de los que clasifiquen.
Salieron coléricos de la reunión, profiriendo palabras obscena en contra del funcionario de USA. Estas palabras del embajador fueron como una bomba de tiempo que tuvo su efecto al día siguiente.
La noche transcurrió tensa, muy tensa. El descontento,  la desesperanza y frustraciones hicieron todo lo demás.
Tempranito en la mañana, los residentes del campo #1 se fueron concentrando frente a la puerta, que en esos momentos se encontraba despejada. Un numeroso grupo, compuesto por unas 600 personas, gritaban libertad y visas.  Eran la 9 y 30 de la mañana del día  8 de diciembre de 1994.
Un pelotón de soldados antimotines trató de entrar al campo, pero fueron rechazados por una intensa lluvia de piedras, lanzadas por los furiosos balseros desde el interior del campo.
Otro grupo le prendía fuego a varias carpas, escuela,  biblioteca, circulo infantil, desbarataron el televisor, viraron servicios sanitarios, etc., etc. Los soldados hicieron un segundo intento por entra al campo, pero fueron rechazados de nuevo.

Continuará

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