martes, 8 de noviembre de 2011

EL GUARDACOSTA AMERICANO (CAPITULO lll) Continuación




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Van a ser atendidos por soldados norteamericanos, los cuales les proveerán de todo lo necesario para que tengan una buena estancia en este lugar. Nuestros soldados están preparados para matar y no para cuidar personas. Nuestro ejército es un ejército profesional y disciplinado, por lo que se les tratará con respeto y dignidad. Serán alojados en carpas de lona, las cuales les servirán como viviendas temporales.
Hasta ahora, la política de mi gobierno, con relación a ustedes, es mantenerlos aquí por tiempo indefinido. Les aconsejo que no se desesperen, pues esta es una medida coyuntural, que en cualquier momento tiene que ser derogada. Esperamos y deseamos que su estancia en la Base les resulte  grata y corta- ¿Grata y corta? Pensé yo- ¿Algunos de ustedes desean hacer alguna pregunta o tienen alguna duda? – Reinó el silencio-
-Muchas gracias, les deseo buena suerte a todos ustedes- La comitiva se marchó.
Del guardacostas bajaron una escalera, como la que se utiliza en los aviones, hasta el muelle. Habían varios ómnibus esperándonos. Dos soldados se encontraban a ambos lados de la escalera esperando nuestro arribo.
La primera persona en bajar fue la Sra. haitiana que dio a luz en el barco, fue trasladada en una ambulancia. Luego la siguieron sus compatriotas. Por último lo hicimos nosotros.
Habíamos llegado a la Base Naval de Guantánamo, antesala de 


Continuará

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